Emisor
Me dejaste un resto de dudas,
un correo completo de cartas cerradas,
enigmáticas,
que las miro vacilante.
Me gobierna el silencio;
cada paso que doy es errado,
y pido explicaciones
a lenguas extrañas,
a ojos que pueden cerrarse
y no tener motivos
para justificarse.
Es como buscar palabras sin sentido
y aplicarlas a una frase mortal.
Como darse la vacuna del bienestar
y haber cortado la cadena de frío
en un complot estratega
por joderte las piernas.
Es como ir sin ojos buscando respuestas
perdido, sin sombra,
por la calle mirando semáforos,
intermitentes, desolados.
Soy una luz de posición ambigua;
soy todo emisor
y odio vestir de acero mis labios.
Odio buscar formas en otras paredes,
contornos que no son los míos,
como tampoco los tuyos.
Odio...
arrojar botellas al mar
y verlas hundirse.
Soy un títere de las disculpas:
voy callando ultimátums
por miedo a entrar en guerra,
y en medio de la derrota
giro sobre mi eje,
y veo mi cuerpo desnudo
astillado y arrodillado
bajo las cruces de un Cristo mudo,
bajo el cuarto de cama
que queda entre mi espalda
y tus cenizas.
Soy arena de un alma que fué guerrilla,
que quiso invertir el tiempo
pá volcarlo a nuestro lado,
que quiso ser Ernesto
al menos en sus actos.
Soy una cadena de oraciones erradas
que van en busca de oídos de plata.
Entro a las discotecas a pedir libros,
a los gimnasios a pedir justicia,
a la mañana a pedirle tu risa;
Entro a la lluvia a pedirle abrigo
a los árboles un testigo,
a tu mente un gesto compasivo.
No llevo la cuenta de las noches
hurtándole clavijas semánticas.
No tengo ni el tiempo, ni el espacio:
ningún remolino mitológico
aguardando mi llegada,
deseando mi partida
o más bien su creación.
Soy silencio en medio de preguntas
y cuando suelto un pájaro
le cierran la puerta,
y se estrella junto a mis pies,
me mira con gesto confuso
y vuelvo a fruncir mi seño.
Ya las canciones se cosen mi voz
y mi especie se extingue
en un cáctus de dolor.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio