sábado, 23 de mayo de 2009

Ciega en la bruma

Lo único que llega por el tubo, es mi voz. Al otro lado, una estatua llamada Georgina, que bosteza, que me apura, que me miente, que me hiere de muerte, como si no supiera que ya estoy muerto y pareciera sonreír sobre mi tumba, pero mis oídos aún siguen despiertos y escuchan todos los errores por mí cometidos, de los cuales ella se sirve para abordar mi funeral, y soportarlo...

No ve que tirito, que tiemblo como pingüino en las manos antárticas, que mis piernas se mueven rápidamente, entrecruzadas, como si de esa forma fueran a enfrentar de mejor modo los venenos que su boca regala en forma gratuita, sin arrepentirse, sin reparar en que tengo un estómago plagado de úlceras y la ropa me baila un corso triste por las orillas de mis caderas.

Oye mis lágrimas caer, mis "te amo" ser una aguja en un pajar, mis "te extraño" otra forma de irritarse sin explicación, sin razón, o sí: la suya, que también me resulta incomprensible; y es que...eras la reina de las hadas creyendo en la fuerza de nuestro amor, en la lucha tras trinchera por llenar el rostro de un niño con mis ojos y los nombres que solíamos compartir.

No puedo borrar un manantial de sueños en 3 meses. Dichosa tu mentirosa boca traicionando a tu corazón diciendo que nada te importa, que todo ya es parte del pasado, y yo...yo soy tu pasado y vos...vos sos presente oscuro, aún más que el color en que escribo estas palabras. Vos sos un pasado recurrente, terco en volver a traer todos tus retratos y acomodarlos en mi sonrisa, que se apaga tan pronto escucho tu voz de oficina, de empleada administrativa. ¿Cómo podés pedirme que haga lo que no pude hacer en 4 años de mi vida? ¿Cómo podés pedirme la felicidad individual si vos y yo eramos más que la suma de todas las partes?. Y decís que un fantasma merodea tus manos, y no es más que eso: un fantasma, porque podrá llevarte de un lado al otro de tu ciudad, podrá caminar por tu piel siendo el guardián de sus deseos, pero jamás podrá descifrar tu esencia con sólo mirarte a los ojos, jamás podrá poner un pié en tu pieza, sentarse en el piso y observarte caminar, deambular, sonreir, dormir, soñar.

Ni siquiera debe saber cuánto te asustan los truenos y porqué. Ni siquiera debe saber la temperatura a la que bebes el mate, los refucilos que te asaltan por las noches. Quisiera ser testigo de sus noches sólo para ver cuánto tiempo pasa abrazado a tu alma esperando que acaben tus convulsiones. Y podrás negarme, podrás expulsarme del otro lado del muro, pero ahí estaré: sabiendo yo y sabiendo vos que mis brazos rodean tu cintura, que cruzaba un cementerio de miedos para irte a rescatar de tantos infiernos, para comprarte un café mientras aguardabas mi llegada porque a las citas nunca fuí puntual, pero allí estaba: firme, sudando, temblando, pero firme, buscando un milagro que te hiciera sonreir, pensando en la forma de hacerte bien, de hacerte felíz, pensando...en el modo de cubrirte con el acolchado y mi corazón para que no sintieras ni frío ni calor.

Ay Georgina: " Ahora dime, qué te han de ofrecer,
las tardes perdidas, tu sangre en mi piel,
la casa cansada, la manta en el sofá,
la tele encendida, las ganas de llorar,
Y ahora dime, que te van a dar,
LA PAZ EN TU VIENTRE,
el fondo del mar,
gaviotas cansadas, MI SOMBRA EN EL SOFÁ,
la brasa encendida,
las ganas de matar "
Fragmento de "Eres" por Ismael Serrano.

Ay mi ex vida: cuán fácil le será todo ahora que por fin decidiste mirarte al espejo. ¿Sabrá él que gasté 4 años de mi vida buscando tu felicidad y a un oído de tus labios que te hiciera tropezar, sin miedo a caer y luego a caminar? ¿Sabrá él que siempre, SIEMPRE ACEPTÉ TANTO A TU CUERPO COMO A TU ALMA TAL COMO HABÍAN SIDO EDIFICADAS?...¿Sabrá él que acariciaba tus piernas para mostrarte que la verdad estaba en mis manos y no en tus fantasías? Sí, es evidente que todo le será más fácil ahora que marqué tu camino, ahora que abrí tus ojos frente al futuro, ahora que crees ser el mesías de la fortaleza.

Y todo es inútil, porque encargaste mi mortaja aún 2 meses ántes de que mi cuerpo muriera. ¿Y cómo te explico con palabras el frío que siento en cada putísima noche que acuesto la cabeza sobre mi almohada? ¿Cómo te explico con palabras que hace más de 90 días que no se absolutamente nada de tu cara, de tus ojos, de tu templanza? ¿Cómo te explico con palabras LA FALTA? No puedo; y lo peor del asunto es que reducís mi vacío a un deseo masoquista de seguir buscándote en sueños, y eso me da la pauta de que del amor, no sabés nada. Y si te cantaba que amo como un disparo, desde los pies hasta el borde de locura que marcan mis besos alrededor de tu espalda, tu cuello y tu cintura, es porque SÍ: la palabra para mí tiene valor, mi querida, porque soy hombre de campo y allí no existen los contratos: allí lo que se promete se cumple, y a vos....a vos te comió la ciudad y los cumpleaños...

Sigo vagando por esa frase certera que dice que no hay peor destino para el amor que ser unívoco...Y sólo puedo hacerlo estallar contra el colchón, contra las columnas de mi escalera y en última instancia (como cada noche hago) contra esa gran almohada que usabas para dormir tu espalda y me pedías amor y cariño hasta que por fín la luz apagara, sólo los sábados, rodeando mi brazo bajo tu nuca y frotando mi alma contra tu piel.

" Shhh, tranquila, no pasa nada: estás conmigo" Y acomodabas tu rostro en mi hombro y otra noche era testigo de nuestra eternidad...

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio