Hace rato que vengo lidiando con muertos
("Me dió por serte fiel
aunque te importe poco")
aunque te importe poco")
No me sale el verbo amar.
Pienso decirle a las estrellas
que no puedo intentar sucumbir ante un fracaso.
Estas cuatro paredes
que salen a cubrir
minuciosamente
mis frascos de sol.
¿Cómo alguien puede venir a llover en mi tumba
la carta del error prohibida,
y tratar de endurecer con abrigos
una cosa más salvaje y furiosa
que estas manchas de olvido y sabor
han dejado pendientes sobre el teclado?;
un ruido a mortaja errada y herida
y una pausa de amores y vinagres
entre las ramas del placer
me quedan soplando los oídos.
No quiero empezar.
Otra vez el sentido
otra vez se dice No!.
No sé cuantas horas he pasado
diciendole al espejo
que ya no hay lugar para madres.
Aquí no hay ningún tipo de molestia
que pueda hacer de mí
-o de tus curvas-
un lento y delicado vapor de alcobas,
ni hay en mis entrañas
o en tus oidos,
las reglas que condicionan
y normativizan
un caso mullido y errante,
fatídico y letal,
de engaños y majaderias.
Cada quién sabe muy bien
sobre qué amuleto iremos a llorar
las últimas verdades:
hay quienes prefieren el sexo violento y audaz,
hay quienes deciden dejar a un costado del auto
las premisas cargadas con balas de sal.
Yo creo que estoy pensando
más en hacerme un disfraz de vampiro
y salir a putear a los dictadores.
Creo que así podría
llegar a causarle gracia a tu soledad
al menos,
o tal vez me asalten en vías de extinción
y quede tropezando
sin saber marear al olvido
como trompo por tus piernas.
Hoy la tarde me trajo un barril de tus mejillas,
y sepa o no nadar entre almejas,
me quedo pensando
que lindo es tu recuerdo
que bello es el fracaso
que sucio es el adiós.