domingo, 22 de marzo de 2009

Ayer refuté una leyenda...

Son las siete, las ocho, las nueve de la mañana. Demasiado temprano para sentirme huérfano, demasiado temprano para encontrar mi alma destrozada...demasiado temprano para que vuelva a ser noche.

Vengo de un viaje alucinado, de serme imposible distinguir ficción de realidad, sueño de vigilia.

No me salen las letras, las palabras; no me sale el verbo amar y las paredes me consumen el oxígeno y el optimismo. Me cuesta escribir que las sombras me derriban la cien, que odio las risas respondiendo a lágrimas, que me falta un mundo para caminar de pié y que, sin embargo, podría ser la chispa que encienda el verano, la cobardía, la hipocresía y a esta puta sociedad. De tantos giros que doy en la cama podría decir que ya he hecho una réplica de mis inocencias y también, de mis tempestades.

Dicen que soy oscuro al escribir y yo pregunto: ¿Cuánta verdad hay en la luz?. Aquellos que no se preguntan, que no dudan, que ignoran los hilos que los manipulan vivirán eternamente en la caverna... y después el oscuro soy yo.

El tiempo pasa como una gota en un saco de suero: me retumban los oídos y me asquea el rostro de mis padres esperando de mí siempre un milagro que los haga sonreír, porque no entienden de pájaros flotando en el infinito, porque son el germen del miedo, porque no saben como salvarme de tantas horas muertas, de tanta nicotina trepando por mis poros y tampoco saben que hoy, sencillamente, no quiero ser salvado.

Puedo ser un aserradero activo cuando abro mi boca, pero pocos o casi nadie comprende que de allí nace una criatura que va tomando forma con el paso del tiempo, que mis ojos son el reflejo de mi alma y que hay sólo una mujer en este mundo que merece ser salvada y claro, con su necedad de atrincherada y utópica, con todas las distorsiones y texturas que ha escuchado salir de mis labios, aún así prefiere saltar conmigo de la popa de un barco que se hunde, llevándose los lujos de una sociedad que debiera ser despojada de todos sus bienes.

Se me secaron los lagrimales, las ilusiones. Tengo un rumbo, lo sé, pero siento ganas de perderme en horizontes sin futuro y a la vez creo que soy delicadamente masoquista y no entiendo el orígen de tanta desgracia. Sé que voy 50 kilómetros más que el destino y los infiernos que mi cabeza proyecta, y que estoy cansado de padecer gentes inmaduras que viven bajo el imperio del goce, creyéndose acompañada por una multitud de individualidades, creyendo que la paz es condena y la música tan sólo un estímulo para el cuerpo.

¿Qué sabrán del cuerpo, de sentir la sangre arder junto al ombligo de una mujer? ¿qué sabrán acerca del orgasmo, única tramitación exitosa del vacío? ¿qué sabrán lo que significa tener sueños de niños y cumplirlos siendo un hombre?.
No saben lo que es despertar una mañana junto al sueño realizado, con sus luces y contrastes; no saben lo que es pulir las noches esperando un milagro. No saben que no soy una vela mojada aunque aparente vivir en una mansión forrada en vampiros; no saben que sus vidas declinan y sonríen para que mamá y papá festejen un nuevo deseo realizado y por tanto, brutalmente impuesto. No saben porque no quieren quitarle el velo al patio trasero y ver con sus propios ojos, la inmundicia que habita en sus corazones: llevan el récord de espejos destrozados...y el pulso del televisor.

Me duele el alma y creo que hoy no existe remedio capaz de subsanar tanta mentira, tanto insomnio. A veces quisiera llenarte el cuerpo de fracasos para que entiendas que la vida no es matemáticas, ni mis brazos los ejes de tu existir. A veces quisiera borrarte el nombre y mudarlo a otra contradicción, ahogarte en verdades, dejarte sola en un cuarto oscuro y verte palidecer y arrancarte los oídos por no querer sufrir la soledad.

A veces quisiera, tan sólo y sencillamente, no haberte conocido jamás...

Sí, soy demasiado incisivo para tu mente en vías de desarrollo. No puedes dar dos pasos sin sentirte el último resabio de indigencia; no tienes máscara capaz de distraer tu estupidez, tu falta: ¡ NO TIENES VIDA POR FUERA DE LOS LÍMITES GRAVITACIONALES !

Ahora voy sintiéndome un héroe con esencia de algodón; no sé cuántas luces prenderé y apagaré de aquí en adelante, pero sí sé que los pronósticos nunca son acertados, y pretender despejar esa duda es algo cercano a encontrar la génesis misma del universo.

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